DEL MOVIMIENTO MISIONERO PROMEDAC 2006-2007
LA MISIÓN DEL CENTRO UNIVERSITARIO
FRAGMENTO TOMADO DEL MANUAL DE ORGANIZACIÓN
Consiste en propiciar y facilitar una educación en la responsabilidad compartida, que colabore con el desarrollo integral de todas las facultades del ser humano, como persona individual, social y trascendente, consciente de su propio crecimiento, de su compromiso por coparticipar en el desarrollo de la comunidad y de encontrar, él mismo, la finalidad de su existencia.
¿QUIÉNES SOMOS?
Somos un grupo de jóvenes estudiantes de niveles bachillerato y profesional que hemos conocido compartido el amor de Dios. Tenemos por ideal el amar a Dios viviendo en fraternidad comprometida al servicio de nuestros semejantes, siguiendo así la misión que Jesús nos ha dado.
¿QUÉ HACEMOS?
Conscientes de las carencias éticas que nuestra sociedad vive en medio de sus crisis económicas y culturales, y caracterizada por superficialidades, vanidades, desesperanzas y engaños, hemos decidido descubrir y hacer que otros descubran a cristo como la solución de vida que nos dirige a los grandes y auténticos valores transformándonos más en humanos y hermanos. Esto lo hacemos a través de la reflexión de nuestra realidad joven a la luz del Evangelio, de nuestra convivencia dinámica y profunda, y de nuestro servicio en la catequesis, el canto, la celebración, la oración, etc.
INTRODUCCIÓN
Nosotros, Movimiento Misionero Promedac, mediante el presente Ideario, buscamos el definir y expresar nuestra misión, convicciones, áreas de vida y los obstáculos que nos esperan. No se trata de un manual con instrucciones de vida sino esperamos sea un texto de inspiración para que jóvenes como nosotros podamos valorar el Espíritu como fuente de vida plena y se atrevan a compartir su vida con otros. Nuestro compromiso lo resumimos en los siguientes puntos:
- Conocer la misión del Movimiento Misionero Promedac
- Profundizar nuestra relación personal con Dios a través de la oración, la reflexión y los sacramentos.
- Construir fraternidad dentro y fuera del grupo.
- Participar activamente en las reuniones y actividades del Grupo.
- Cooperar directa o indirectamente en el movimiento misionero de Semana Santa.
Esto es nuestro compromiso como juveniles, deseamos vivirlo alegremente dando lo mejor de nosotros mismos, nos comprometemos no individualmente sino en fraternidad.
- Conocer la misión del Movimiento Misionero Promedac
- Profundizar nuestra relación personal con Dios a través de la oración, la reflexión y los sacramentos.
- Construir fraternidad dentro y fuera del grupo.
- Participar activamente en las reuniones y actividades del Grupo.
- Cooperar directa o indirectamente en el movimiento misionero de Semana Santa.
Esto es nuestro compromiso como juveniles, deseamos vivirlo alegremente dando lo mejor de nosotros mismos, nos comprometemos no individualmente sino en fraternidad.
PREFACIO
El joven vive actualmente en una situación dual de compañía y soledad. Esta rodeado de muchas personas, jóvenes y adultos principalmente, con los cuales normalmente establece relaciones poco profundas y con compromisos superficiales e interesados. Sin embargo, otros como él tienen la inquietud latente de poder hacer realidad sus esperanzas de fe, fraternidad y servicio. Esta inspiración que lo mueve tiene su origen en Dios, quien nos ama sin condiciones ni intereses.
1. Bendito sea Dios quien nos ama personalmente. En esto consiste el amor de Dios: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y nos envió a su hijo único (1 Jn 4,9.10.19). Porque nos ha elegido de entre muchos para experimentar su amor y descubrir nuestra juventud para compartirla con todos, sin complejos ni temores, sabiendo que no estamos solos sino acompañados por Él (Jer 1, 7-8). Nos inspira para crecer en nuestro interior y llenarnos de Él.
2. Dios ha tomado la iniciativa en nuestra vida y no queremos excusarnos diciendo ‘eso no es para mí’, ‘soy joven y mi vida es de otro estilo’. Nos descubrimos con la energía y voluntad joven para responder ‘aquí estoy, envíame a ti’ (Is. 6,8).
3. Creemos que su invitación nos la hace el grupo, desea que en la unión de la fraternidad sigamos abrazando la misión joven que nos ha dado: ser coherentes con los valores que nos inspira, ser generosos al dar lo mejor de nosotros y acercarnos más a nuestros semejantes por medio de Él.
MISIÓN
Ser jóvenes generosos que buscamos superarnos estrechando lazos de fraternidad con otros jóvenes y viviendo con ellos la experiencia de ser amados por Dios, de servirlo en lo que más nos necesitan, y ser testigos de que Cristo vive, principalmente en nuestros ambientes familiar, de estudios y de servicio comunitario.
1. Esta es nuestra misión. Creemos que es la manera en que Dios se nos hace presente y nos invita a vivir con plenitud nuestro ser joven. Queremos ser fieles a la dinámica que el grupo nos propone, queremos participar activamente en sus actividades y ser nosotros mismos quienes den forma y existencia al Grupo, reconociendo en cada uno de sus miembros una parte viva y esencial.
2. Somos conscientes de nuestras riquezas, de todo aquello que podemos aportar para que la misión del Grupo y de cada uno de sus miembros se logre. Deseamos con todas nuestras fuerzas más de lo necesario por amor a Él, y responder alegremente a la misión que nos invita a vivir.
CONVICCIONES
Las siguientes afirmaciones son cuatro convicciones que fundamentan nuestra vida juvenil.
La primera convicción: Dios nos ama.
Hemos descubierto la verdad más importante: Dios vive entre nosotros, nos ama infinitamente y desea que tengamos vida en abundancia.
1. Dios esta vivo y nos ha salido al encuentro, lo hemos conocido y descubierto como alguien cercano y profundamente personal, que se interesa en nuestros asuntos cotidianos, que vive en nuestros corazones (por siempre), y que desea tener una relación personal con nosotros. Él nos ha permitido descubrirlo y hacerlo nuestro tesoro, la perla de gran valor, que es Él mismo (Mt 13, 44-46).
2. Lo más importante no es lo que nosotros hacemos por Él sino lo que Dios hizo y hace por nosotros: nos amó primero, su hijo Cristo murió por nosotros. Así de grande es el amor de Dios que hemos descubierto al escuchar que nos llamaba por nuestro propio nombre y nos decía: “Tu eres mío” (Is. 43,1).
La segunda convicción: Somos jóvenes que nos atrevemos a ser jóvenes.
Reconocemos nuestras riquezas y limitaciones, nuestra generosidad e inquietudes, nuestras posibilidades de construir junto con otros e futuro que tanto anhelamos.
1. Creemos en nosotros mismos, en que tenemos algo que los demás necesitan y debemos darlo. Nuestra juventud es rica en generosidad para comprometerse, es rica en ideas creativas que pueden transformar nuestra realidad.
2. Aceptamos nuestras limitaciones, pero al mismo tiempo luchamos por superarlas, no nos conformamos con lo que somos o hacemos, siempre buscamos ser más que los demás.
3. Vivimos el presente con intensidad y miramos al futuro con esperanza. Dios nos llama hoy y siempre, nuestra respuesta la actualizamos constantemente, en todo lo que hacemos y queremos que en el mañana muchos otros respondan su llamado.
La tercera convicción: el mundo nos necesita, el Espiritu nos envia a Él.
Dios nos dio su Espíritu Santo para tener nuestra vida y transformar el mundo sediento de justicia, amor, esperanza y verdad.
1. Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne (Ez. 36,26). El espíritu es un don de Dios que aceptamos gustosos, pues vemos en él la fuente pde vida renovadora, es quien nos inspira para compartir nuestra fraternidad con todos, es quien ilumina nuestra fe y alimenta nuestra esperanza.
2. Nos sentimos enviados por el Espíritu para compartir la verdad que descubrimos día a día y la esperanza de saber que Jesús está con nosotros. Queremos reflejar el fruto del Espíritu en nuestras vidas (Gal. 5,22), estamos abiertos a cambiar y a seguir creciendo, no queremos acomodarnos al mundo presente pues es el mundo quien necesita aprender de la justicia y el amor que solo Dios puede inspirar.
La cuarta convicción: Nuestro ser trascendente es pleno en su relación personal con Dios.
Las tres convicciones anteriores culminan necesariamente en esta cuarta, lo más importante en nuestra vida es nuestra relación personal con Dios.
1. Buscamos expresar nuestro ser trascendente y lo hacemos crecer por medio de la oración, los sacramentos y la reflexión. Esto lo vivimos conscientes de la de la época por la que atravesamos caracterizada por una fuerte crisis de identidad, en la cual los medios de comunicación proponen modelos que no responden a las necesidades profundas del hombre, antes bien reflejan antivalores que no contribuyen al crecimiento de su espíritu.
2. Queremos ser jóvenes radicales, valoramos nuestra relación personal con Dios como esencial en nuestras vidas, nos anima a contagiar a otros los ideales de Fe, Fraternidad y Servicio.
1. Bendito sea Dios quien nos ama personalmente. En esto consiste el amor de Dios: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y nos envió a su hijo único (1 Jn 4,9.10.19). Porque nos ha elegido de entre muchos para experimentar su amor y descubrir nuestra juventud para compartirla con todos, sin complejos ni temores, sabiendo que no estamos solos sino acompañados por Él (Jer 1, 7-8). Nos inspira para crecer en nuestro interior y llenarnos de Él.
2. Dios ha tomado la iniciativa en nuestra vida y no queremos excusarnos diciendo ‘eso no es para mí’, ‘soy joven y mi vida es de otro estilo’. Nos descubrimos con la energía y voluntad joven para responder ‘aquí estoy, envíame a ti’ (Is. 6,8).
3. Creemos que su invitación nos la hace el grupo, desea que en la unión de la fraternidad sigamos abrazando la misión joven que nos ha dado: ser coherentes con los valores que nos inspira, ser generosos al dar lo mejor de nosotros y acercarnos más a nuestros semejantes por medio de Él.
MISIÓN
Ser jóvenes generosos que buscamos superarnos estrechando lazos de fraternidad con otros jóvenes y viviendo con ellos la experiencia de ser amados por Dios, de servirlo en lo que más nos necesitan, y ser testigos de que Cristo vive, principalmente en nuestros ambientes familiar, de estudios y de servicio comunitario.
1. Esta es nuestra misión. Creemos que es la manera en que Dios se nos hace presente y nos invita a vivir con plenitud nuestro ser joven. Queremos ser fieles a la dinámica que el grupo nos propone, queremos participar activamente en sus actividades y ser nosotros mismos quienes den forma y existencia al Grupo, reconociendo en cada uno de sus miembros una parte viva y esencial.
2. Somos conscientes de nuestras riquezas, de todo aquello que podemos aportar para que la misión del Grupo y de cada uno de sus miembros se logre. Deseamos con todas nuestras fuerzas más de lo necesario por amor a Él, y responder alegremente a la misión que nos invita a vivir.
CONVICCIONES
Las siguientes afirmaciones son cuatro convicciones que fundamentan nuestra vida juvenil.
La primera convicción: Dios nos ama.
Hemos descubierto la verdad más importante: Dios vive entre nosotros, nos ama infinitamente y desea que tengamos vida en abundancia.
1. Dios esta vivo y nos ha salido al encuentro, lo hemos conocido y descubierto como alguien cercano y profundamente personal, que se interesa en nuestros asuntos cotidianos, que vive en nuestros corazones (por siempre), y que desea tener una relación personal con nosotros. Él nos ha permitido descubrirlo y hacerlo nuestro tesoro, la perla de gran valor, que es Él mismo (Mt 13, 44-46).
2. Lo más importante no es lo que nosotros hacemos por Él sino lo que Dios hizo y hace por nosotros: nos amó primero, su hijo Cristo murió por nosotros. Así de grande es el amor de Dios que hemos descubierto al escuchar que nos llamaba por nuestro propio nombre y nos decía: “Tu eres mío” (Is. 43,1).
La segunda convicción: Somos jóvenes que nos atrevemos a ser jóvenes.
Reconocemos nuestras riquezas y limitaciones, nuestra generosidad e inquietudes, nuestras posibilidades de construir junto con otros e futuro que tanto anhelamos.
1. Creemos en nosotros mismos, en que tenemos algo que los demás necesitan y debemos darlo. Nuestra juventud es rica en generosidad para comprometerse, es rica en ideas creativas que pueden transformar nuestra realidad.
2. Aceptamos nuestras limitaciones, pero al mismo tiempo luchamos por superarlas, no nos conformamos con lo que somos o hacemos, siempre buscamos ser más que los demás.
3. Vivimos el presente con intensidad y miramos al futuro con esperanza. Dios nos llama hoy y siempre, nuestra respuesta la actualizamos constantemente, en todo lo que hacemos y queremos que en el mañana muchos otros respondan su llamado.
La tercera convicción: el mundo nos necesita, el Espiritu nos envia a Él.
Dios nos dio su Espíritu Santo para tener nuestra vida y transformar el mundo sediento de justicia, amor, esperanza y verdad.
1. Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne (Ez. 36,26). El espíritu es un don de Dios que aceptamos gustosos, pues vemos en él la fuente pde vida renovadora, es quien nos inspira para compartir nuestra fraternidad con todos, es quien ilumina nuestra fe y alimenta nuestra esperanza.
2. Nos sentimos enviados por el Espíritu para compartir la verdad que descubrimos día a día y la esperanza de saber que Jesús está con nosotros. Queremos reflejar el fruto del Espíritu en nuestras vidas (Gal. 5,22), estamos abiertos a cambiar y a seguir creciendo, no queremos acomodarnos al mundo presente pues es el mundo quien necesita aprender de la justicia y el amor que solo Dios puede inspirar.
La cuarta convicción: Nuestro ser trascendente es pleno en su relación personal con Dios.
Las tres convicciones anteriores culminan necesariamente en esta cuarta, lo más importante en nuestra vida es nuestra relación personal con Dios.
1. Buscamos expresar nuestro ser trascendente y lo hacemos crecer por medio de la oración, los sacramentos y la reflexión. Esto lo vivimos conscientes de la de la época por la que atravesamos caracterizada por una fuerte crisis de identidad, en la cual los medios de comunicación proponen modelos que no responden a las necesidades profundas del hombre, antes bien reflejan antivalores que no contribuyen al crecimiento de su espíritu.
2. Queremos ser jóvenes radicales, valoramos nuestra relación personal con Dios como esencial en nuestras vidas, nos anima a contagiar a otros los ideales de Fe, Fraternidad y Servicio.
AREAS DE VIDA
Familia:
Honramos a nuestros padres y hermanos a través de nuestro amor y servicio.
1. Nos proponemos ser coherentes con nuestras convicciones dentro y fuera del Grupo Juvenil. Queremos tener como una de nuestras más altas prioridades el amar, servir, obedecer, honrar y respetar a nuestros padres. Buscaremos su consejo, oraremos por ellos y trataremos de ser luz del mundo a través de nuestro testimonio para levarles de esta manera el inmenso don de Dios.
2. Vamos a servir y a interesarnos por todos los miembros de nuestra familia. Especialmente trataremos de ayudarles a que enriquezcan sus vidas en Dios. Nos esforzaremos por ayudar a la unidad y vida familiar, reconociendo nuestro lugar de hijos y los limites de nuestra responsabilidad.
Estudio:
Cumplimos responsablemente nuestros estudios.
1. Reconocemos que el estudio es muy importante para nuestro desarrollo integral personal, es uno de los medios más importantes para hacerle frente al futuro y para poder servir a los demás.
2. Nos esforzamos por destacar académicamente sin sacrificar nuestra relación con Dios, ni nuestra familia, ni nuestras amistades, buscamos un equilibrio sano y enriquecedor. Buscamos ser fieles y honestos en nuestros estudios, solo así daremos un testimonio digno del envío que Jesús nos da por medio de su Espíritu.
Comunidad:
Somos jóvenes que no vivimos aislados, sino comprometidos a vivir en fraternidad y amistad, apoyando y sirviendo tanto dentro como fuera del Grupo Juvenil.
1. En un mundo que le tiene miedo al compromiso comunitario, buscamos establecer relaciones profundas y significativas de amistad con todos. No rechazamos a nadie, antes bien valoramos a cada uno como nuestros compañeros y amigos.
2. Nos cuidamos de toda relación que muestre indicios de posesividad y exclusividad, deseamos estar abiertos a todos y tratamos de formar un ambiente joven y sano a tu alrededor.
3. Especialmente prestamos atención a aquellos que más necesitan, así los pobres, los olvidados, los rechazados, los alejados, son a quienes dirigimos nuestra misión. Concretamente servimos a comunidades alejadas de la sierra en Semana Santa, convivimos y compartimos comida, techo y oración, con aquellos que nos abren sus puertas.
Grupo juvenil:
El grupo lo consideramos como nuestra propia familia donde compartimos todo lo nuestro.
1. Es el lugar y momento ideal para compartir nuestra fe, vivir la fraternidad y dar nuestro servicio generosamente. Dinámicas, juegos, oraciones y reflexiones, son el marco que dinamizan nuestro grupo. Propiciamos relaciones significativas sin importar edad ni mentalidad, nos enriquecemos mutuamente, y buscamos tanto la diversión como la formación, la relación informal entre todos como la relación grupal intima con Dios.
2. Buscamos cultivar los dones y capacidades que Dios nos ha dado y ponerlos al servicio de todos.
Basado en la Redacción y adaptaciones del Profr. Gilberto Romero para el Ideario 2006
“San Juan Bautista De La Salle ruega por nosotros,
¡Viva Jesús en nuestros corazones, por siempre!”
Honramos a nuestros padres y hermanos a través de nuestro amor y servicio.
1. Nos proponemos ser coherentes con nuestras convicciones dentro y fuera del Grupo Juvenil. Queremos tener como una de nuestras más altas prioridades el amar, servir, obedecer, honrar y respetar a nuestros padres. Buscaremos su consejo, oraremos por ellos y trataremos de ser luz del mundo a través de nuestro testimonio para levarles de esta manera el inmenso don de Dios.
2. Vamos a servir y a interesarnos por todos los miembros de nuestra familia. Especialmente trataremos de ayudarles a que enriquezcan sus vidas en Dios. Nos esforzaremos por ayudar a la unidad y vida familiar, reconociendo nuestro lugar de hijos y los limites de nuestra responsabilidad.
Estudio:
Cumplimos responsablemente nuestros estudios.
1. Reconocemos que el estudio es muy importante para nuestro desarrollo integral personal, es uno de los medios más importantes para hacerle frente al futuro y para poder servir a los demás.
2. Nos esforzamos por destacar académicamente sin sacrificar nuestra relación con Dios, ni nuestra familia, ni nuestras amistades, buscamos un equilibrio sano y enriquecedor. Buscamos ser fieles y honestos en nuestros estudios, solo así daremos un testimonio digno del envío que Jesús nos da por medio de su Espíritu.
Comunidad:
Somos jóvenes que no vivimos aislados, sino comprometidos a vivir en fraternidad y amistad, apoyando y sirviendo tanto dentro como fuera del Grupo Juvenil.
1. En un mundo que le tiene miedo al compromiso comunitario, buscamos establecer relaciones profundas y significativas de amistad con todos. No rechazamos a nadie, antes bien valoramos a cada uno como nuestros compañeros y amigos.
2. Nos cuidamos de toda relación que muestre indicios de posesividad y exclusividad, deseamos estar abiertos a todos y tratamos de formar un ambiente joven y sano a tu alrededor.
3. Especialmente prestamos atención a aquellos que más necesitan, así los pobres, los olvidados, los rechazados, los alejados, son a quienes dirigimos nuestra misión. Concretamente servimos a comunidades alejadas de la sierra en Semana Santa, convivimos y compartimos comida, techo y oración, con aquellos que nos abren sus puertas.
Grupo juvenil:
El grupo lo consideramos como nuestra propia familia donde compartimos todo lo nuestro.
1. Es el lugar y momento ideal para compartir nuestra fe, vivir la fraternidad y dar nuestro servicio generosamente. Dinámicas, juegos, oraciones y reflexiones, son el marco que dinamizan nuestro grupo. Propiciamos relaciones significativas sin importar edad ni mentalidad, nos enriquecemos mutuamente, y buscamos tanto la diversión como la formación, la relación informal entre todos como la relación grupal intima con Dios.
2. Buscamos cultivar los dones y capacidades que Dios nos ha dado y ponerlos al servicio de todos.
Basado en la Redacción y adaptaciones del Profr. Gilberto Romero para el Ideario 2006
“San Juan Bautista De La Salle ruega por nosotros,
¡Viva Jesús en nuestros corazones, por siempre!”
(posteriormente se actualiza)